martes, 24 de julio de 2012

Taciturno... ¿Y libre?

Caminé muy despacio hacia mi habitación, fue muy difícil encontrar las llaves cuando lo único que proyectaba luz era la pequeña linterna que siempre llevo conmigo. Cerré la puerta del departamento intentando dejar dentro todas las palabras que alguna vez me lastimaron. 
Ahora sólo eramos nosotras: La luna y yo. Yo, observándola detenidamente y contándole mi vida. Ella, serena y sola... Las horas avanzando y nada de que preocuparme. A fin de cuentas todo es más tranquilo siendo las 3 de la mañana...