miércoles, 11 de abril de 2012

Mi ultimo esfuerzo.


Hoy hace un año entraste en mi vida, hoy después de tanto aquí me encuentro, intentado quitarme este sentimiento, dándome cuenta que aún me tiembla el pulso al pensar en ti. Hoy como hace un año estuve en starbucks, esperaba alguna señal, esperaba verte ahí, demostrándome que todo va más allá de palabras. Caminé, encendí un cigarrillo, miraba ese juego mecánico que tanto nos encanta-ba y sólo se cruzó por mi cabeza una palabra: Gracias.  Gracias por las sonrisas infinitas, por los abrazos. Gracias por ser incondicional. Gracias por tomar mi mano al caminar, por aguantar mis malos ratos. Gracias por enseñarme que los detalles si importan. Gracias por quererme sin medida. Gracias por haberme hecho la persona que soy ahora, por haberme hecho más segura, más inteligente, más sensible y sobre todo menos inocente. Gracias por haberme enseñado que los cuentos de amor de princesas y príncipes son sólo eso, cuentos. Me enseñaste que en la vida hay personas buenas, pero también personas malas que se disfrazan de buenas. Gracias por haberme enseñado que decir ''te amo'', no son palabras sagradas, que son palabras que cualquiera puede decir, pero no todos podemos sentir. Me enseñaste a que por más que yo le abra a alguien las puertas de mi casa, de mi familia, de mi corazón, de mi vida, no quiere decir que esa persona me las abra a mí también.
-Nostalgia-
 Los recuerdos se me vienen encima sin poder evitarlo, los recuerdos de tu mundo me invaden o de ese mundo que yo inventé para ti, para nosotros, los recuerdos y sin querer darme cuenta, también todo lo demás.Mientras escribo todo esto pienso, pienso, y no me creo que esté escribiéndote a ti, escribiéndole a alguien que ya no existe. Porque ya no existes, él chico que me volvía loca ya no existe. Ya no me importa lo que hagas con todo lo que te di. Si quieres tirarlo adelante, si quieres guardarlo me parecerá igualmente bien. Quitar los recuerdos físicos  es algo bastante fácil comparado con borrar los recuerdos del corazón. Te conozco demasiado, aunque creas que no es así,  y sé que no responderás a esto, que no encontrarás ni respuesta ni motivo para hacerlo. Son las últimas palabras que te escribo, puedo darte la mano pero no puedo sostenernos a ambos.